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La revolucion de Tunez, la 'plaga' que ataca a los dictadores arabes

La revolucion de Tunez, la 'plaga' que ataca a los dictadores arabes

La ’lección tunecina’ ha calado rápidamente en las poblaciones árabes, ansiosas de reformas y libertad tras años gobernados por regímenes opresores. A las masivas e inéditas protestas que vive Egipto, se suman manifestaciones en Yemen y Jordania. Mientras, en Argelia prosiguen las revueltas y prometen agravarse ya que se ha convocado una marcha multitudinaria para exigir el final del estado de emergencia.
Las protestas más graves, junto a las egipcias, se han vivido en Saná, la capital yemení, donde miles de personas se han concentrado en cuatro puntos de la ciudad para exigir la salida de su presidente, Ali Abdulá Saleh, enquistado en el poder desde hace 33 años, y pedir reformas democráticas y económicas que terminen con la pobreza en un país donde más del 40% de la población (23 millones de personas) sobrevive con euro y medio al día.

Epicentro: Universidad de Saná
Unas 10.000 personas se han congregado en la Universidad de Saná y otras 6.000 en otros lugares de la ciudad ante un fuerte dispositivo policial. Los organizadores han convocado cuatro marchas diferentes para diversificar la presencia de policías. Mientras, el Congreso Popular General, el partido en el poder, ha llamado a cuatro manifestaciones en la capital para contrarrestar el efecto de los opositores.

El presidente Ali Abdalá Saleh, reelegido en 2006 por otro mandato de siete años si bien lleva en el poder desde 1978, pretende convertirse en el jefe de Estado vitalicio: en contra de la oposición. A su autoritarismo y las carencias de su población se suman las revelaciones de Wikileaks.

También Jordania
En Jordania, uno de los países más estables de Oriente Próximo, también está arraigando el modelo tunecino. Activistas organizados mediante las redes sociales y animados por grupos de oposición preparan nuevas protestas tras las vividas, hace dos semanas, en Amán y en otras localidades del reino hachemí, en las que se exigía la caída del Gobierno dirigido por Samir al Rifai y reformas económicas que alivien la crisis que padece la población.

El pasado viernes más de 4.000 personas mostraron su malestar en Amán y otras 5.000 salieron a las calles de otras ciudades.
Ayer, el monarca hachemí, el rey Abdalá, prometió promover reformas económicas y políticas que combatan la inflación y el paro. Según analistas locales, si el rey responde positiva y rápidamente a las exigencias podría desactivar las protestas y no verse afectado por las mismas.
Estos movimientos civiles, que parecen perder el miedo a las fuerzas de seguridad, han creado grandes expectativas de cambio en una región caracterizada por su inercia, promovida por el apoyo occidental a sus dictaduras y regímenes autocráticos.
"La pregunta sobre la mesa de los círculos políticos y mediáticos de las naciones árabes gira en torno a qué estado asistirá a un levantamiento similar al vivido en Túnez. Egipto, seguido de Jordania y Yemen, siempre ocuparon el primer lugar de la lista de candidatos, dado el deterioro de las condiciones de vida y las demandas populares de cambio", recordaba el diario palestino ’Al Quds al Arabi’.

 www.elmundo.es


28 de Enero de 2011

 

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